Dover

El castillo de Dover y los Acantilados Blancos

Este fin de semana ha tocado visita a Dover.

Posiblemente uno de los aspectos más destacados del diseño urbanístico de Dover son sus acantilados blancos compuestos de tiza, motivo por el cual los británicos le adjudicaron el sobrenombre de “Albión“, término que significa “blanco”.

Dover está separado del puerto francés de Calais por sólo 34 kilómetros, siendo el enclave más cercano a Europa continental. Debido a su privilegiada situación geográfica, sus puertos han adquirido gran importancia y gestionan la mayor parte de los servicios de ferry vinculados con el cruce al Canal de la Mancha.

Un poco de historia

En 1951, cuando se estaban realizando excavaciones para la creación de un grupo de viviendas, fue descubierto un cementerio sajón. Muchas de las tumbas contenían restos de joyas, peines, cerámica y armas de la época. Prueba de ello es que en la ciudad aún existen edificios sajones, como la Iglesia de Santa María, dentro de las murallas del Castillo de Dover.
La ciudad se convirtió en un puerto importante durante la Edad Media. La necesidad de salvaguardar dicho puerto llevó a la construcción de un castillo, llamado a defender la ciudad en todos los momentos de su historia, los últimos de ellos en los bombardeos de la Primera y Segunda Guerra Mundial.
A mediados del siglo X Dover era conocida por ser una de las ciudades más prósperas a nivel comercial, sobre todo en sus relaciones con España y Francia. Desde entonces, ha sobrevivido incluso a un gran incendio, a la conquista normanda, o al asalto francés en 1295. Los franceses volvieron a intentar establecerse en este lugar durante los siglos XVIII y XIX. Es por lo que en 1804 se fortalecieron las defensas del castillo de la ciudad.

Después de visitar los acantilados, hemos estado viendo el Castillo de Dover, y ha sido impresionante. Debajo del Castillo, se realizaron pasadizos que es una auténtica ciudad subterránea. Lo tienen muy bien montado, con videos de los bombardeos de la Primera y Segunda Guerra Mundial . Cuando vas pasando por las salas, estás escuchando el sonido y las voces de conversaciones que podrian o quién sabe si ocurrieron de verda allí, simulan bombardeos, que se va la luz, el hospital donde curaban a los heridos de la guerra. Ha sido impresionante. La pena es que dentro de esos pasadizos no nos han dejado echar fotos.

Fuera de los pasadizos, ves otra época histórica.

La visita es cara, pero muy entretenida, tienes actores que te muestran los trajes de la época e incluso que preparan un pequeño teatro para ambientar la visita. Eso sí, fuimos sin comida y la comida es muy cara dentro y me cogí un pack de queso que daba pena!! Sólo pan de hamburguesa con queso rallado (¿¿ pero cómo se pueden comer eso así tan seco??)

Aquí os dejo las fotos.

Este señor de verde le iba a estallar la tripa, con todos mis respetos

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Aquí tocando música estilo celta.